martes, 6 de diciembre de 2011

Ya no sé


Muchas razones tenía para vivir como lo estaba haciendo, tranquilamente, sin noticias de posibles sentimientos. Muchas hojas pasaron y elevaron un viento sobre mi rostro que me hizo respirar Libertad.

Los días transcurrían como si el duende no encontrara obstáculo sobre el arcoiris y la fuente de oro fuese tan fácil de obtener como la simple adición del famoso 2 más 2. Sin embargo, aveces la esquizofrenia nos hace esquizofrenar en el momento en que llegamos a la cima de la parábola y nuestra coordenada es seguidora del infinito. Y es que soy de la idea que los momentos de tranquilidad, en un mundo lleno de pazos ajenos y sobretodo errantes, duran tan poco como dura un beso prohibido. Pues, este también fue mi caso y estoy segura que el de muchos más. 

Muchas razones tenemos para encontrarnos sólos o simplemente para vivir sin el compromiso o atadura a algo más peligroso. Estoy hablando del compromiso que es el mutuo acuerdo del amar, con la seriedad que se le debe pues es amo y señor de nuestras emociones. He tomado muchas decisiones en mi vida, pero esta es una de aquellas que sé que debo obedecer pero simplemente cuando llega el momento, me arrepiento de lo jurado. Es como cuando eres el primero en algo y el segundo lo hizo mejor, quieres retroceder el tiempo. Pero, todo es por temor a equivocarte o simplemente por temor a salir herido. Sin embargo, el riesgo es lo que al final te trae recuerdos, buenos o malos, es el culpable de que aprendamos a vivir como la vida misma manda. Haciendo lo que sentimos y diciendo lo que pensamos.

Muchas razones tendré para cambiar mi decisión de solteria, o como la llamo: mi decisión de libertad. Porque, aunque suene frívolo, es la verdad. Sobretodo cuando eres mayor que la pubertad pero eres menor que la juventud. Muchas emociones fluyen fácilmente y el 60% son confusiones pasajeras o simplemente deseos de saber que alguien te "ama". En un futuro, viviré lo que hace un año y medio viví. Sentiré mi corazón volar junto con el tiempo y el dióxido de carbono al exhalar. Espero que se cumpla mi augurio porque soy humana y entre mis enfermedades está el amorcolismo. Soy apasionada lo sé, pero muy reservada respecto a esa característica mía. Tienes que cavar para poder llegar al verdadero yo de la gente. Y el mejor diluyente es el amor. La cursilería me invadió, pero déjenme decírles que ya no sé ni lo que pretendo con mi confusión. Ya no sé qué es enamorarse.

Este escrito es de hace un año y medio.

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